
Imagino que soy una princesa que tiene que elegir cómo llegar a la casa del principe: puede ir en pony o en carroza. Y así me voy turnando entre los distintos carruajes. Hasta que la música cesa, mi unicornio se detiene y tengo que bajar y volver a ser una mediocre muchacha de ciudad
Siempre que puedo me subo a un carrusel, y siempre que puedo trato de sacar la sortija, para dar vueltas infinitamente en mi fantasia.
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