viernes, 9 de noviembre de 2012

Rapsodia solitaria.

Me está dando vueltas en la cabeza una historia. De un chico que no es solitario, pero está solo. Es que es tímido, y le cuesta hacer amigos. De un chico que es una excelente persona, pero nadie lo sabe; un chico que es bueno contando chistes, pero nadie lo ha oído; un chico con una sonrisa hermosa, pero que nadie la ha visto; un chico que es un gran amante, pero nadie lo ha amado. Un muchacho, en fin. Una personita llena de vida, de alegría, de ganas de divertirse; pero que no tiene con quien compartirlas. Todos le huyen, porque es tímido y no habla con nadie. Piensan que es raro, ¡pero no es así! Yo sé que el te daría un abrazo si lo necesitás, ¿vos se lo devolverías?
También la historia de Gonzalo y su novia, que se pelean. Todo por culpa de aquella otra. ¡Este Gonzalo es un travieso! Le rompió el corazón a ambas, y ahora él también esta sólo, como el otro chico que les conté. No son la misma persona, pero parecen. La de Gonzalo y la chica parece una historia triste, a simple vista. Les aseguro que termina bien, pero no solo para Gonza; el chico de arriba también gana. Porque sí, no serán la misma persona, pero se conocen.
Hay otros personajes dando vueltas por estas vivencias también; pero no los considero importantes. Sólo a las dos pelirrojas que, de lo unidas que son, no se sabe si son novias o hermanas. Podrían ser cualquier cosa, hasta un espejismo.



(Necesito 12 personas. ¿De dónde las saco?)