El domingo, mi abuela me regaló unas rosas.Estaban muy lindas, así que las puse en un florero en mi ventana. Esa noche, hubo mucho viento, y yo desde mi cama veía como las flores se tambaleaban y amagaban a caerse. Entonces me quedé pensando en qué podía hacer para que las flores no cayeran. Entonces se me ocurrió.

Fue ahí que recorté un papelito amarillo, le escribí la palabra "FLOR" bien grande y lo pegué en la pared de mi cama. Cuando me desperté a la mañana fue lo primero que vi, y correr las flores fue lo primero que hice. Repetí la secuencia toda la semana, hasta que las flores marchitaron.
Es algo tonto, pero me sentía re bien tratando de salvarle la vida a pequeñas flores. A veces es lindo realizar buenas acciones. Nos hace sentir bien con uno mismo.
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