lunes, 7 de marzo de 2011

'Cuando se baila, el cuerpo habla'

Y en esta segunda entrada de mi blog te vengo a hablar de una de mis grandes pasiones: La danza.


Cuando se habla de danza se habla de arte; cuando se habla de arte hablamos de expresión. Así leído como está podemos deducir que la danza es como el lenguaje del cuerpo. Pero de lo que les quiero hablar va más allá que una simple descripción (más quemada que Hiroshima, por cierto).
Lo que les quiero contar parte hacia el terreno de la pasión, algo muy complejo como dejarlo escrito. Algo que ni siquiera hablando terminarías entender. Algo que sólo bailando te puedo mostrar.
Bailar no es como caminar o correr, no es algo monótono. El baile nace de algo, no se baila porque sí. Cuando uno baila, trata de transmitirle a cada célula del cuerpo una emoción, un porqué para ese movimiento y un porqué para ese otro; y cada uno de esos movimiento son únicos, porque cada uno significa algo en particular.
Nunca verías dos personas exactamente iguales. Y, por eso, tampoco verías dos bailarines iguales. Cada uno traza su técnica. Cada uno tiene su forma de amar la danza. Algunos se divierten bailando en un escenario, frente a una audiencia; otros prefieren bailar para ellos mismos, solos; y otros encuentran fascinante el hecho de enseñar la disciplina que practican. De cualquier manera, todo bailarín deja un legado. Piensa en el bailarin como un corredor en la playa: va dejando huellas en la arena, huellas que cualquiera podría seguir, pero nunca igualar. 


Bueno, tenía alto testamento pensado, pero hasta acá llegué, se me cayó la inspiración u.u
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La re quemé esta foto, pero bue

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