martes, 31 de enero de 2012


Había una vez un gato que no era un gato, sino un puma; que no era un puma, sino un leopardo; que no era un leopardo, sino un abrigo; que no era un abrigo, sino una manta; que no era una manta, sino una sábana blanca; qué no era una sábana blanca, sino un papel en blanco; que no estaba en blanco, sino dibujado; y que el dibujo era un gato, que no era un gato; sino un puma. Otra vez.

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