miércoles, 27 de febrero de 2013

"El origen del amor" Capítulo I: Miguel

 Haber tenido 77 novias en mis 23 años de vida es algo de lo que estoy poco orgulloso. Eso sin tener en cuenta que la primera la tuve a la prematura edad de 10 años. Pero, aunque algunas no, un par de ellas me enseñaron mucho sobre la vida, y sobre el amor. De eso trata este viaje.
 Mi nombre es Miguel Guerreños. Nací en Italia, pero me mudé a Buenos Aires cuando chico. En mi casa somos nueve hermanos, siendo yo el número siete. Fuimos huérfanos desde el nacimiento del noveno, Lucio, por lo que siempre consideré a mi hermana mayor, Nieves, como una suerte de madre. Y creo que no soy el único en la casa.
 Si hay que hablar de mujeres, nunca me quedó claro cuál parte de mí era la que las atraía más. Si mi pasión por la música y la pintura, mis sorprendentes habilidades culinarias o el hecho de que hablo siete idiomas. Tal vez tenga que ver con mi personalidad extrovertida y alegre, mi buen sentido del humor o mi simpatía. Quizás era mi forma de besar, o lo bueno que soy en la cama. También podía ser mi rostro de ojos azules, enmarcado en rulos negros, con una respingada, aunque larga, nariz. Y así, podría seguir enumerando para siempre.
 Mi relación con el sexo femenino siempre fue más física que romántica. De no haber sido así, jamás habría podido triplicar mi edad en número de parejas. Sólo me limitaba a acostarme con ellas, hacerles algún que otro regalo y terminar todo abruptamente, sin explicar nada. De hecho hay varias a las que solo he visto una vez.
 Y ahora, en la víspera de mi noche de bodas, me pongo a hacer memoria y llego a este gran número: 77. Setenta y siete novias, setenta y siete mujeres en mi vida. Y mi madre no está incluída. Es increíble que después de todas ellas yo este aquí, probándome el traje de novio y pensando cuál de mis tres hermanos varones haría un mejor padrino. O si esta es una buena oportunidad para aprender a anudar la corbata.
¿Que cómo llegué a todo esto? Con 77 mujeres y un corazón roto. Bueno, no todas ellas. Pero sí un par...


No hay comentarios:

Publicar un comentario